Salud y sordoceguera
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Antes de comenzar, es necesario saber qué se entiende por “salud”. La Organización Mundial de la Salud, en 1946, dió esta definición, que sigue actualmente en vigor:
“La salud es la situación de completo bienestar físico, mental y social, sin limitarla a la ausencia de enfermedad o minusvalía”.
Estos tres aspectos: físico, mental y social, están interrelacionados, de tal forma que el deterioro de cualquiera de ellos afectará a los otros dos en mayor o menor medida.
Recordemos que la sordoceguera es una discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), que genera en las personas que la padecen problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer, y por tanto interesarse, y desenvolverse en su entorno.
Por sus particularidades, conviene agrupar los temas en relación con:
1. Personas sordociegas congénitas.
2. Personas con sordoceguera adquirida.
3. Sus familias.
Las alteraciones graves y concomitantes de los sentidos de la vista y el oído son las responsables de esta discapacidad única: la sordoceguera. Podemos ver esquemáticamente el oído humano, cuyas partes principales son el oído externo, el oído medio y el oído interno.
A continuación, un esquema del ojo, donde se pueden distinguir distintas partes como el iris, el cristalino, o la retina.
(imagen tomada de http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Eyesection-es.svg?uselang=es)
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